Desde que nacemos, vivimos en un aprendizaje contínuo.
¿A quién no le han reprendido cuando comete errores?
Te suena eso de:
– ¡Es que no aprendes!
Aprender lo hacemos a lo largo de toda la vida.
Pero hoy tampoco voy a escribir una entrada basada en las personas, en los humanos. Los protagonistas de toda esta historia son una vez más, nuestras mascotas, especialmente los perros. Su domesticación les ha llevado a que gran parte de lo que saben y la educación que reciben, se la debemos inculcar nosotros desde que son cachorros. Hacerlo bien, dedicándoles tiempo, es fundamental para la supervivencia de nuestro compañero.
De hecho, hay muchos casos graves que reciben a diario en la clínica veterinaria y que se pueden evitar impartiendo una buena educación a nuestro amigo extra peludo.
Cinco ejemplos muy interesantes son estos:
- Heridas causadas por dentalladas a causa de peleas.
- Perros con problemas digestivos porque tragan plásticos, palos, piedras e incluso cacas de otros congéneres.
- Animales que se revuelcan en cadáveres de animales del campo (ej. corzos) y contraen sarna.
- Perros que no dejan de ladrar y causan problemas con el vecindario.
- Peludos que durante el paseo tiran demasiado de la correa y se provocan daños musculares e incluso ahogamiento.
Seguro que a ti se te ocurren muchos más; recuerda que puedes dejar tu comentario. Como ves tomarse el aprendizaje de nuestra mascota a la ligera es un error grave.
Así que vamos a conocer más sobre él. Pero antes de empezar, comentarte que toda esta información la he obtenido de cuando estudié la asignatura de «comportamiento animal» en la Universidad Autónoma de Madrid y mi experiencia profesional.
Mi profesor fue Javier de Miguel, un excelente maestro y etólogo. Permíteme recomendarte leer sus publicaciones.
¿Qué es el aprendizaje?
Entendemos el aprendizaje como la modificación del comportamiento a un estímulo. Para conseguirlo el animal debe estar expuesto previamente al mismo.
Digamos que aprender permite al individuo solucionar problemas de manera satisfactoria dentro de un contexto igual o parecido al vivido.
El aprendizaje asociativo
Es básicamente asociar estímulos y emparejarlos. Es decir, una acción acarrea un resultado.
Si buscamos que nuestro perro establezca esa asociación, debemos dar una regularidad entre los acontecimientos de forma simultánea cuando educamos. De nada sirve regañar esporádicamente al cachorro cuando orina donde no debe.
Condicionamiento clásico
No voy a entrar mucho en materia pero es importante que lo conozcas, así que no te queda otra que leerlo.
El condicionamiento clásico o Pavloviano, supone el emparejamiento entre dos estímulos simultáneos e incluso casi simultáneos que dan lugar a una respuesta que puede ser simple, como los reflejos, o compleja. En cualquier caso se puede medir.
Dentro del condicionamiento clásico tenemos dos teorías:
- Teoría de sustitución (Pavlov). Se basa en el emparejamiento de los acontecimientos. El cerebro actúa mediante una cascada de estímulos que van desencadenando reacciones a ellos.
- Teoría de la respuesta al estímulo (Thorndike). En resumen nos dice que las respuestas desencadenadas por un estímulo, si llevan aparajeadas un hecho satisfactorio, la asociación entre las dos se fortalece.
Como ves, requiere de una motivación o refuerzo hacia el sujeto que se ve condicionado, en este caso nuestro perro.
El refuerzo

Es a muy grandes rasgos, incentivar una conducta. Te lo explico de manera más sencilla con un ejemplo:
– Cuando tu perro hace bien las cosas, premiarlo con una chuche.
El refuerzo puede ser positivo o negativo.
- Positivo, como hemos visto en el ejemplo anterior, es dar un premio, una caricia, un trozo de presa, o dejarle jugar con su juguete favorito.
- Por contra, reforzar de manera negativa, sería una reprimenda o un castigo físico (ej. descarga eléctrica).
¿Y si desaparece el refuerzo al que teníamos acostumbrado al perro? Pues habrá una recuperación espontánea cuando reaparezca. Existe memoria e inteligencia.
Ya ves, escribir sobre el refuerzo da para otra entrada.
¿Qué es mejor, utilizar refuerzo positivo o negativo? La respuesta depende en muchos casos del adiestrador. Para que te hagas una idea, he conocido adiestradores que son partidarios de utilizar collares eléctricos para corregir problemas muy graves, y otros que lo ven como una auténtica locura e incluso maltrato animal.
He conocido adiestradores partidarios de utilizar collares eléctricos. Clic para tuitear
Si nos remontamos a 1913, Thorndike estableció una pauta cuando enunció la Ley del efecto, «una conducta seguida de un refuerzo positivo, incrementará su probabilidad, mientras que disminuirá si el refuerzo es negativo.»
¿Tú que opinas?
La habituación
Hemos visto cómo la memoria permite a nuestra mascota recobrar respuestas a estímulos pasados, ¿pero es posible que la respuesta disminuya?
Sí lo es. Sucede cuando el estímulo repetido no va acompañado de un refuerzo. Sucede de manera frecuente en la naturaleza para eliminar respuestas innecesarias cuya ejecución no traen consigo ningún beneficio. Ya sabes que a los seres vivos nos encanta optimizar energía y no malgastarla.
La generalización

Es importante cuando hablamos de aprendizaje, conocer el término generalización. Digamos que es emitir una respuesta a un estímulo similar al conocido, lo que permite a los animales enfrentarse mejor a estímulos nuevos. Del mismo modo, debemos considerar el proceso contrario, es decir, la discriminación.
En el caso de los perros adultos, generalizan con dificultad y discriminan con facilidad. Este fenómeno les permite por ejemplo, discernir entre varias personas:
– Tú no eres mi dueño… tú tampoco… ¡tú me das de comer, a ti te quiero!
¿No has visto a tu perro lo contento que se pone cuando ve a algún miembro de tu familia?
Pero como ya hemos visto líneas arriba, generalizan peor. ¿Y qué consecuencias trae consigo? Pues una de las más importantes, si lo queremos adiestrar, es que en un entorno diferente podemos obtener reacciones dispares.
Los perros generalizan peor y discriminan mejor. Clic para tuitearDe nada sirve adiestrar a un perro para que te proteja cuando le das una orden determinada, si cuando sale a la calle se confunde o distrae y no acata lo que se le pide.
Tampoco es conveniente pretender adiestrarlo en unas condiciones ambientales adversas, como por ejemplo, al sol en pleno verano.
Así que ya sabes, es fundamental entrenar a tu perro en diferentes entornos si quieres que te haga caso.
Conclusiones
Como ves en el proceso de aprendizaje intervienen muchos factores y tu perro, mientras la salud se lo permita, aprenderá toda la vida.
Si queremos adiestrar o educar a un perro, es más fácil conseguir resultados positivos con animales jóvenes que hayan estado en un entorno favorable.
Dotar a nuestra mascota de experiencias positivas durante el aprendizaje es fundamental, además del uso de refuerzos.
¿Quién no trabaja con más alegría con un incentivo detrás? Los perros no son menos.
Muy bueno e interesante 🙂
Muchas gracias Yoan, no veas cuánto te agradezco tu comentario positivo.