Nunca pensé que llegaría este momento, el día de honrar a mi mejor amiga no humana por su muerte. Con nombre de perro pero con sentimientos humanos, Lasy me regalaba cada segundo de su vida. Hasta que ayer todo acabó. Se fue para siempre y yo quedé embriagado de recuerdos. Desubicado, perdido, borracho de nostalgia… distinto.
Cómo no recordar su suave pelaje, coloreado en su cuerpo con gusto exquisito de pintor experimentado. O sus orejas suaves siempre atentas a cualquier sonido. O mejor aún, su mirada noble puesta en mí preguntándome: ¿Dónde vamos ahora? ¿Qué hacemos? ¿Tienes algo que darme? ¿Me haces una caricia?
Se volvía loca al verme y yo loco al verla.
Frialdad
Reconozco que tras pasar tantos años como vendedor de mascotas, vi a más de un cachorro de perro morir entre cristales. Yo apuntaba su baja en una tabla Excel, para posteriormente cogerlos de manera mecánica, embolsarlos y congelarlos, casi con la misma frialdad que el congelador en el que posteriormente los metía. Ahí se quedaban dormidos o muertos (llamemos a las cosas como lo que son, sin eufemismos) esperando a que se los llevara una empresa de recogida; algo así como una funeraria canina.
La persona que venía a recoger los cadáveres aún era más fría que yo. Mi contacto con la muerte animal era algo puntual. Su trabajo diario. Una vez recogidos los animalitos y tras rellenar una serie de documentos, se los llevaban a incinerar a un crematorio específico para mascotas. Tampoco me recrearé en cómo son este tipo de lugares aunque bien podría hacerlo porque he visitado alguno… pero no, seguiré escribiendo más sobre mi frialdad.
Mi frialdad tampoco me permitía empatizar demasiado con las personas que buscaban consuelo en mí, y ahora me arrepiento. Se les había muerto su perro; estaban en plena fase de duelo y el visitar la tienda de mascotas donde tantas veces compraron el pienso, juguetes, cunas o cualquier otro accesorio que hiciera feliz a su perro, les ponía tristes o como yo estoy ahora, se emborrachaban de recuerdos.
Yo no era capaz de entender cómo alguien se podía echar a llorar ante un extraño hablando de un simple perro como el que se acababan de llevar a incinerar.
No todo el mundo siente valora igual la vida animal. Clic para tuitearComprendía que son animales bonitos, más inteligentes que por ejemplo los clásicos conejos o hámster, que era necesario cuidarlos con esmero pero al fin y al cabo, no dejaban de ser perros con una esperanza de vida inferior a la nuestra. Cuando dejé mi trabajo como vendedor de mascotas que por cierto, me apasionaba, y llegó a mi vida Lasy, mi concepto cambió.
Aquí mi libro en el que hablo sobre la vida de un dependiente de mascotas, te va a gustar seguro:
Compartir la vida con un ser de otra especie

No voy a entretenerme demasiado enumerando lo que aportan los perros a la vida de las personas. Si has llegado hasta aquí, estoy seguro de que lo sabes y tienes mucho que compartir conmigo.
A mí, en resumen, Lasy me ha dado un cariño o amor noble diferente, una amistad que jamás olvidaré. Es obvio que cada persona que cuida o comparte su vida con un perro, guardará unos recuerdos globales diferentes pero estoy seguro de que si charláramos cara a cara sobre ellos, muchos coincidirían:
- Paseos por el campo.
- Lametones.
- Peleas y juegos.
- Momentos de consuelo abrazando a tu peludo.
- Carreras.
- Viajes.
- ¿Me lo cuentas dejando tu comentario?
Es con todo esto con lo que nos debemos quedar.
Que los buenos momentos tapen a los malos. Clic para tuitearLo primero que dije cuando me enteré de la muerte de mi perra es que jamás volvería a tener otro animal, ¡lo estaba pasando fatal! Ahora, según pasan las horas, me doy cuenta de que si no la hubiera adoptado, no nos hubiéramos podido dar tanto cariño el uno al otro y quizá habría acabado abandonada o en un chenil en cualquier perrera.
Esta idea me resulta reconfortante y creo que si estás pasando por el mismo duelo que yo, te vendrá bien pensar en ello. Lo has cuidado lo mejor que has podido, habéis compartido tiempo juntos y le has dado una buena vida.
No es una persona, es un perro
Perdona si el título te parece un poco frío, no quiero menospreciar la vida canina ni mucho menos, solo quiero hacerte ver que los perros no son personas por mucho que nos empeñemos en tratarlos como hijos que ojo, está genial quererlos y cuidarlos pero su biología no es la misma que la nuestra.
La biología de los perros es diferente a la nuestra, ellos viven menos. Clic para tuitearEllos, como comentaba líneas arriba, viven menos. En concreto los perros pequeños son más longevos que los grandes. Pensar que tu perro ha exprimido toda su vida gracias a ti, también es muy reconfortante.
Mira qué feliz fue:
Entiendo que hay otras causas de muerte, como por ejemplo atropellos, disparos de cazadores, ataques de otros perros de mayor talla, etc. En este caso la impotencia es mucho mayor porque digamos que no es una causa natural. Si esto sucede el sentimiento de culpabilidad, según la causa de la muerte puede ser mayor.
Es normal que nos culpemos cuando suceden este tipo de cosas:
- Quizá podría haberle hecho otra revisión veterinaria.
- Lo tendría que haber llevado atado.
- Seguro que el pienso que le he dado no le iba bien.
Es casi imposible controlar todo. Si te soy sincero, yo ayer me sentí culpable pero hoy pienso que hice todo lo posible o todo lo que pude para que Lasy estuviera bien.
¿Adoptar otro perro?

Hay dos tipos de personas cuando se enfrentan a la muerte de su perro:
- Los que se repiten de manera insistente que jamás volverán a tener un perro.
- Aquellos que rápidamente adoptan otro. Con un clavo se saca otro clavo.
Desde mi punto de vista lo mejor es la moderación. Tomar decisiones apresuradas o torturarse mentalmente no lleva a nada bueno.
Adoptar otro perro de manera apresurada no me parece buena idea. Clic para tuitearSi en un futuro la situación me lleva a tener otro perro lo tendré, ahora de momento me quedo con los recuerdos de Lasy.
Colaborar con protectoras y desahogarte
Algo que me está viniendo genial estos primeros días de duelo es hablar y colaborar con los amigos de la Protectora El Bosque.
Ellos son grandes amantes de los animales y se han enfrentado a esta situación desde el punto de vista sentimental o humano, montones de veces (no como yo cuando embolsaba animales muertos hace unos años). En seguida se han puesto en mi lugar y me he sentido arropado y no como un bicho raro que llora porque se le ha muerto un perro.
Colaborando con protectoras he logrado empatizar con más gente que siente lo mismo que yo y me reconforta. Clic para tuitearSi ya colaboraba con protectoras de manera puntual, ahora comparto con más ahínco sus publicaciones en mis redes sociales para buscar casa a tantos perros abandonados. Tengo la sensación de pertenecer a una gran familia con un un objetivo común y eso es muy reconfortante, te lo recomiendo.
Ahora llega el momento de confesarte que esta entrada del blog es parte de mi terapia de recuperación. Ayudar a otras personas a superar este trance, me hace sentir bien. Estar a tu lado y comprender lo que pasa por tu cabeza nos viene bien a los dos.
No te vengas abajo

Sé de personas que han sufrido auténticas depresiones al perder a su perro, yo aunque triste noto que cada recuerdo bueno va enterrando la tristeza.
El tiempo lo cura todo, eso es así. Al final nosotros también somos animales y tenemos mecanismos para tirar adelante y que los momentos tristes vayan pasando ¡sino ninguno estaríamos aquí!
Ser feliz es lo importante en la vida. Clic para tuitearNo te encierres en ti mismo, sal, disfruta de las cosas bonitas que traen cada nuevo día. Yo mañana mismo voy a donar el pienso que ya no usaré a la protectora y me sentiré contento porque estoy haciendo feliz a otro perro.
Nunca me despido así en las entradas pero hoy te mando un caluroso abrazo.
¡Gracias por tu entrada, Miguel! Es reconfortante leerte. Lasy estaría y está muy orgullosa de ti. Llévala siempre contigo 🙂
Muchas gracias a ti por leerla y tu apoyo incondicional. Qué nobles y buenos son los perros ¡a veces mejores que el dueño! Espero que esta entrada ayude a verlos con otros ojos que es uno de los objetivos del blog. Un abrazo.
Gracias Miguel por el artículo. La verdad es que es mucho más duro de lo que parece, la gente que no ha tenido perros no lo puede entender. Un abrazo.