Llevaba tiempo para escribir esta entrada acerca de mantener un ratón como mascota. Cuando trabajaba en la tienda de animales, reconozco que más de una vez recomendé alguno, pero siempre contando sus ventajas y desventajas.
Si te soy sincero, mi experiencia en esto de la cría de ratones, es bastante amplia. Cuando era pequeño, en una tienda de mascotas que frecuentaba, vi un ratón precioso. Era blanco de ojos negro, me quedé prendado de el. Sin hacer caso a mi madre, con el poco dinero del que disponía, me lo compré.
Mi madre se enfadó mucho cuando me vio entrar con él a casa, pero no sé si por obra divina o por el entusiasmo que mostré pero el caso es que al final me dejó adoptarlo como mascota.
Mi primer ratón como mascota
Lo metí en un faunario bastante grande que me regalaron por mi cumpleaños. Siempre recordaré aquél faunario o «terraquio» como lo llamaba mi madre.
Le puse un bebedero de pájaro y una tapa de bote de conservas llena de alpiste de mis canarios. Pensé que sería buena idea incluir en su dieta algo de pan duro y un trozo de manzana. Acerté de lleno porque ambos alimentos le encantaron.
Como refugio le compré una casa de plástico como esta:
Con el tiempo descubrí que el plástico no es lo mejor para ellos porque lo roen y es más frío que la madera, mucho más acogedora aunque esta me hizo el apaño más que de sobra.
¡Ah, se me olvidaba! en un momento de lucidez, decidí llamar al ratón «Micky».
Mi segundo ratón

Micky crecía con ganas; no sabía yo que un ratón blanco creciera tanto. Su tamaño superó el de un hámster ruso e incluso lo triplicó.
Micky era buen tipo y jamás me mordió; yo a él tampoco.
En vista de lo bien que nos llevábamos los dos, me dio pena que estuviera solo. Entonces mi tío me trajo otro del laboratorio en el que trabajaba a petición mía.
Me sorprendió este segundo ratón por los dos enormes bultos que presentaba a ambos lados de la cola. Micky era mucho más discreto y nunca le vi semejantes protuberancias.
Micky era buen tipo y jamás me mordió; yo a él tampoco
Junté a los dos y se llevaban genial. No se mordieron en ningún momento y, el segundo ratón, pronto formó parte de mi familia.
Casa confortable
Una cosa que no he contado, es que mis padres no me dejaron en ningún momento, que los ratones estuvieran en casa por lo que el terrario debía permanecer en la terraza bien protegido.
Descubrí que les encantaba hacer nidos. Como material empleaban hojas, papel higiénico y otros elementos. Alguna vez abrí su caja y la verdad daban ganas de dormir ahí dentro.
Contar con un nido caliente les hizo superar el invierno, ¡y eso que los de antes eran mucho más duros!
Micky obeso
Lo que me sorprendió enormemente es ver cómo el ratón Micky se ponía por días super gordo. Por este motivo, decidí comprarles una rueda que la verdad, dudaba que fueran a usar, pero me equivoqué, ¡la rueda les encantaba y se pasaban horas corriendo dentro de ella!
Hace ya muchos años de aquello, pero aún recuerdo el tipo de rueda que les compré, era parecida a esta:
Ahora las hay de muchos más modelos e incluso silenciosas porque es cierto que a veces les da por correr a tope y hacen un poco de ruido. Yo le eché una gotita de aceite de oliva para que no chirriara.
Cuando les coloqué la rueda, la verdad que Micky correteaba en ella pero a los pocos días, concretamente el día de Navidad, escuché ruidos agudos desde dentro de la casita.
Micky es hembra

Cuál fue mi sorpresa cuando descubrí ¡12 cachorros de ratón! más los dos padres, dentro de la caseta.
Rápido cerré para que no cogieran frío y me emocioné muchísimo por lo que acababa de suceder.
El lecho higiénico
Confieso que el olor del interior del terrario era bastante fuerte por el orín de los ratones. Utilizaba como lecho higiénico viruta de madera que cambiaba dos veces por semana, y aunque ellos hacían letrinas, no era suficiente con limpiarlos dos veces por semana.
Decidí comprar otros tipos de sustratos, y el que mejor me fue, era el de pellets de madera aunque el que más les gustaba era el de papel.
Si te estás preguntando qué huele más si un ratón de laboratorio o un hámster, sin duda un ratón de laboratorio, en concreto los machos huelen peor que las hembras.
Las crías crecen
De las 12 crías, sobrevivieron 11 de estos pequeños roedores. Una de ellas la que antes era Micky, se la zampó como si fuera un osito de gominola.
El crecimiento de las crías fue ultra rápido y en un mes ya estaban destetados. Mejoré su alimentación con pienso para hámster, mixtura de canarios, frutas e insectos.
Aunque son ratones, necesitan comer una dieta equilibrada.
Si buscas una comida exclusiva para ratas y ratones como mascota, ya la hay en el mercado, es esta:
La experiencia de criar ratoncillos fue muy gratificante, pero rápido me vi desbordado de tantos ratones. Los mantuve a todos durante dos meses
El final llegó cuando el olor empezó a hacerse insoportable y las hembras y machos comenzaron a aparearse.
Terminé donándolos todos a una tienda de mascotas.
Conclusiones

- Un ratón es una buena mascota pero yo elegiría una hembra y nunca dos ejemplares.
- Los ratones crían muchísimo y no es buena idea juntar una pareja.
- Aunque se considera que los ratones son omnívoros y comen cualquier cosa, es mejor ofrecerles una dieta equilibrada.
- Un refugio es fundamental para que se mantengan calientes, mejor si es de madera.
- Te recomiendo una rueda para que hagan ejercicio.
¿Me ayudas a mantener el blog pasándolo bien y aprendiendo más sobre animales?
Ya puedes adquirir mi libro Reflexiones entre mascotas, e incluso descargártelo gratis aquí: